El pasado 25 de septiembre la Universidad Francisco Marroquín llevó a cabo el foro NOJ, el cual tenía como título una interrogante “¿Y después de CICIG?” La Facultad de Ciencias Económicas de dicha Universidad indica que “NOJ es el día de la sabiduría y del conocimiento. NOJ es un foro abierto al público, donde se presentan, exploran y discuten propuestas puntuales a problemas públicos y sociales del país, incorporando los incentivos, eficiencia, disciplina y conocimiento disperso del proceso de mercado.”

Después de la CICIG

La intención del foro no fue la de discutir sobre la conveniencia o no de la operación de CICIG en nuestro país. Ante una decisión tomada, esto es inútil. De tal manera, que el enfoque del foro se centró en los desafíos post funcionamiento de dicha institución, un análisis de lo aprendizajes dejados y comprender las acciones a futuro que deben darse a fin de no retroceder.

Dionisio Gutiérrez hizo referencia a información que tradicionalmente no ha sido ventilada, con el objetivo de generar un mayor contexto de la discusión sobre el tema.  Dentro de lo mencionado, indicó cómo desde hace años el estado ha sido víctima de la captura de grupos criminales que han operado a su sabor y antojo buscando beneficios que le han salido caros al país.  Ante esta situación calamitosa, se tomó la decisión de pedir ayuda a Naciones Unidas y de esa cuenta surge la CICIG.

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Un estado diseñado para la corrupción

A lo largo de su discurso, Dionisio Gutiérrez hizo ver como a lo largo del tiempo se ha ido generando no solo un sistema corrupto, sino todo un diseño que propicia y protege dicha corrupción. El estado se debilitó, los sistemas dejaron de ser funcionales y la credibilidad del gobierno en los tres poderes se vino por los suelos.

Como resultado, indicaba Gutiérrez, seguimos siendo un estado capturado, con un sistema de justicia que ha sido diseñado para defender ese estado y permitirle operar de manera impune y con estructuras de narcotráfico creciente.

Hacia dónde vamos sin CICIG

El gran desafío que tenemos de cara al futuro sin CICIG sigue siendo el mismo que teníamos cuando ella estaba presente: romper con la captura del estado y librar las instituciones de las garras de la corrupción que hoy las gobiernan a su sabor y antojo.

Se tienen propuestas de reformas al sistema de justicia, se han plateado cambios en leyes que son claves para combatir la corrupción, se han consolidados grupos que no solo hablan, sino que están actuando intencionalmente a favor de lograr un mejor país.  Sin embargo, todos esos esfuerzos requieren de un elemento aún mayor, según indicaba Gutiérrez: “Reencontrarnos como sociedad”, es decir dejar a un lado el conflicto sin sentido, buscar los puntos comunes de desarrollo que nos permitan crecer y salir de la prisión de captura en la que nos encontramos, llegar a los acuerdos mínimos suficientes que nos permitan armar y construir un andamiaje para construir a Guatemala como un país de verdad.

 

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