Es un problema de fondo.  Molecular específicamente.  No hay atracción entre las moléculas del agua y del aceite, por eso no pueden unirse.  Mientras que el agua es una de sustancias cuyas moléculas poseen mayor atracción para mezclarse con otros líquidos y formar nuevas soluciones, las moléculas del aceite no proceden de la misma manera.  Es más, las moléculas del aceite son “egoístas” pues tienden a atraerse entre ellas mismas.

Honradez y Política

La honradez es atractiva, pegajosa y multiplicadora de resultados.  Cuando la honradez se hace presente las personas gustan de estar allí, la confianza se incrementa y los resultados son capaces de multiplicarse.  La honradez hace los procesos más ágiles, los tiempos más cortos y los costos menores. La honradez molecularmente genera facilidad de atracción y es capaz de generar mezclas nuevas que generan gratificación no solo a los que la practican sino a quienes son expuestos a sus resultados.

¿Podemos decir lo mismo de la política?  O mejor dicho de la clase política en Guatemala.  Tal parece que el comportamiento histórico de aquellos que han incursionado en la política y, específicamente, en puestos de gobierno la han convertido en el aceite de la ecuación.  Por momentos se cree que honradez y política no pueden congeniar y que todo aquel que toma la decisión de involucrarse en ella, sufre una mutación molecular donde pierde las propiedades y características que la honradez proporciona.

Vale la pena leer: Problema de confianza en los candidatos

El debate, abierto desde hace mucho tiempo, sigue vigente y ese simple hecho debiera ser preocupante.  Efectivamente, debe preocuparnos que exista un debate sobre la falta de afinidad entre dos elementos que, en teoría, debieran ir de la mano.  La práctica malsana de la política con comportamientos egoístas, ambiciosos y mezquinos ha generado un distanciamiento mental instintivo entre estos dos elementos.  Lamentablemente, se ha vuelto normal desconfiar de aquellas personas que muestran su interés y llegan a involucrarse en política.  No importa un historial impecable, no importan resultados sociales de transparencia e integridad: el paso hacia la política genera una mancha en sí misma en la persona que toma la decisión de involucrarse.

Elemento Clave Constitucional

Lejos de lo que debiera creerse y ser, se piensa que lo primero que ha sucedido en una persona que se involucra en política ha sido su pérdida de honradez en la búsqueda de satisfacer una ambición creciente por dinero y poder.  Se nos olvida que la Constitución de la República de Guatemala en su artículo 113 indica todo lo contrario: la honradez es uno de los tres requisitos indispensables que un guatemalteco debe cumplir para optar a un cargo público.

“Los guatemaltecos tienen derecho a optar a empleos o cargos públicos y para su otorgamiento no se atenderá más que a razones fundadas en méritos de capacidad, idoneidad y honradez”

Se dice que el agua y el aceite finalmente sí pueden mezclarse; sin embargo, necesitan un elemento que sirva de intermediario.  El detergente es uno de ellos, el cual al agregarse a la mezcla de los otros dos provoca un fenómeno llamado emulsión. ¿Necesitamos generar un proceso de emulsión entre Honradez y Política?  Seguramente que sí. Es necesario que la observación del cumplimiento de elementos básicos de carácter se conviertan en filtros de mayor peso para la toma de decisiones y que este nuevo proceso electorar sirva para dar pasos en la construcción de una sociedad donde el respeto a los valores sea un fuerte pilar para sostenerlo.

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