La pandemia del COVID-19 nos ha cambiado la vida de una forma radical. Las políticas estrictas de distanciamiento social acabarán en algún momento. En algunos países en semanas y en otros en meses.
Lo que no acabará en el corto plazo son las medidas de higiene que hemos adoptado ante la amenaza del virus. Desde los frecuentes lavados de manos, el uso de alcohol en gel, la desinfección de los zapatos, el uso de paños húmedos con desinfectante hasta llegar a minimizar el contacto con los demás.
Sabemos que una vacuna para el COVID-19 podría tardar 2 años en llegar. Esto hace que mantengamos los hábitos de minimización de contacto por un largo plazo. Precisamente por esto, la economía del bajo contacto tendrá un auge importante.
¿A qué nos referimos con economía de bajo contacto? En buena medida esto pasa por el teletrabajo, las reuniones virtuales, el comercio electrónico, entre otros. Pero también mucha gente se sentirá más sola y aislada.
Esto traerá la necesidad de las terapias remotas, por ejemplo. La propia profesión de los psicólogos sufrirá una transformación para atender estas demandas. Para otros, la alternativa a las fiestas o los espacios públicos pasa por los juegos de video en línea. Este sector garantiza entretenimiento libre de contacto.
No hay que dejar de mencionar que es posible que las restricciones de viajes al extranjero se prolonguen y sea más engorroso viajar a otros países. Eso puede dar un viraje al sector turístico y el turismo local podría volverse más importante en el futuro.
El teletrabajo tendrá muchas razones. Por una parte, el ansia de minimizar contacto debido a los riesgos de contagio. Pero también hay que tener en cuenta que habrá una reducción en los espacios de oficina por parte de aquellas empresas que resultarán muy dañadas económicamente de la pandemia. Una forma inmediata de recortar costos es implementar trabajo a distancia o teletrabajo. Ahorrarán mucho dinero en alquiler de locales y costos fijos.
Pero ojo, muchos trabajos no se pueden migrar a distancia de forma inmediata ni todos los trabajadores tienen las destrezas desarrolladas. En ese sentido, habrá un enorme desafío para los trabajadores para que desarrollen sus habilidades y se adapten a la nueva economía del bajo contacto que se avecina.
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