Merlina es la serie más exitosa que estrenó Netflix a finales de este año. El éxito de esta serie fue una relativa sorpresa para todos, todos conocen a la Familia Addams y a Tim Burton pero no muchas personas pedían otro remake de esta historia que se ha contado en diversos medios desde que la televisión era en blanco y negro.
Como decíamos, la serie está basada en la conocida historia de la excéntrica Familia Addams pero con varios ingeniosos giros que la ponen en la época actual. Primero, esta iteración de la historia sigue solo a Merlina, la hija mayor de los Addams, en su incursión en un internado para niños “especiales” que recuerda mucho a Hogwarts en Harry Potter.
Merlina es una historia para estos tiempos pero que evita regañar a la audiencia. Tiene un reparto diverso pero no lo restriega en su audiencia, al contrario, lo presenta como algo orgánico porque en el mundo de Merlina existen todo tipo de criaturas de la mitología como vampiros, hombres lobo, sirenas y brujas.
La trama de la película tiene todos los clichés de una historia de adolescentes de este siglo; habla de problemas de identidad, enamoramientos románticos y problemáticos, uso de drogas y el dilema de encontrar un rumbo en la vida, pero todos estos clichés están envueltos en una historia detectivesca que no tiene miedo de mostrarse cruda y sangrienta cuando el guion se lo pide.
Merlina no pide perdón de ser como es y se siente como una brisa de aire fresco frente al contenido regañón y políticamente correcto que Netflix está produciendo recientemente. Ojalá la segunda temporada que ya fue anunciada sepa mantener la calidad en el guion y dirección.
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