En esta época de verano donde muchos suelen tomar unas merecidas vacaciones y se proponen descansar de sus labores diarias, o aprovechar estos días libres para completar proyectos personales; es bueno entender los conceptos de “descanso” y “procrastinación”, porque suelen confundirse (y fundirse) en uno solo.
A veces pensamos que estamos descansando de nuestras preocupaciones cuando en realidad las estamos posponiendo por el simple hecho de no querer enfrentarlas y esto, en lugar de liberarnos de la presión y el estrés, nos hace entrar en un cuadro de ansiedad del cual es difícil salir.
En un mundo que nos demanda constantemente dedicación extrema al trabajo, a la vida profesional e incluso familiar, y a decirle a todo que “SÍ”, muchas veces es difícil decidir dedicar tiempo a nosotros mismos y esto puede tener un impacto negativo en nuestra salud mental en el largo plazo.
A continuación, te presentamos tres soluciones muy fáciles que puedes aplicara tu vida para que tu tiempo de descanso sea verdaderamente de descanso y no te agobien las presiones del mundo exterior:
- ¡Planifícate! Puede sonar paradójico porque solemos pensar que el descanso es un momento de darnos una tregua y en donde lo menos que queremos hacer es planificar y sí ¡es verdad! Pero previamente, es decir, antes de poner todo en pausa, tienes que apartar esos días de tu calendario y planificarte adecuadamente con anticipación para que esos días libres sean verdaderamente un respiro y no una preocupación más.
- Haz una lista en donde tengas presente el corto y mediano plazo. En relación con el punto anterior, no todo tiene la misma urgencia ni la misma importancia para tu vida profesional y familiar. Por esta razón es importante que te tomes el tiempo de poner en papel todo aquello que debes hacer en escala magnitud y de apremio. Sólo tú sabes qué cosas tienen más peso que otras en tu vida y cuáles son las posibles consecuencias de tu toma de decisiones.
- ¡Aprende a decir que no! En el mismo orden anterior de ideas, planificar nuestros deberes y compromisos y ordenarnos de forma jerárquica, implica tomar decisiones y las decisiones a su vez implican costos de oportunidad. Expertos y coaches especializados en el manejo eficiente del tiempo recomiendan hacernos la siguiente pregunta para saber a qué cosas decirles que no: “¿Dentro de un año me voy a arrepentir de haberle dicho que “no” a esto?” Si la respuesta es afirmativa, di que sí, y si la respuesta es negativa, déjalo pasar y date un break.
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