¿Yo soy parte de la corrupción? Un test de autoevaluación

Por lo mismo, cuando se habla de combatir la corrupción pareciera el trabajo de alguien más, (en Guatemala, del Ministerio Público y la CICIG).

Pero lo cierto es que la corrupción está también en el día a día. El problema es que puede llegar a ser muy difícil de identificar, sobre todo porque las acciones o conductas que pueden considerarse como corrupción tienden a ser vistas como algo normal.

Hacernos conscientes y aprender a identificar esos punto débiles en los que podemos fallar, es un primer paso para combatir la corrupción. La idea es que nos neguemos a participar de la corrupción, aún en las acciones más sencillas.

Las siguientes preguntas te pueden ayudar a tener más claro cómo puedes aportar tú, desde tu día a día, a construir una sociedad libre de corrupción.

El test

Para que esto funcione tienes que contestar con muchísima honestidad.

Contesta sí o no.

Imagina que vas conduciendo un carro y al llegar a la esquina el semáforo está en rojo. Miras a los dos lados de la calle y ves que no viene ningún carro. ¿Te pasas aunque el semáforo esté en rojo?
Necesitas ir a hacer un trámite a una entidad gubernamental y ya te enteraste que vas a tener que pasar allí varias horas para lograrlo. En eso te acuerdas que un familiar trabaja en esa oficina. ¿Le pedirías que te ayude a “saltarte la cola”?
Quieres comprar una televisión y vas al almacén de tu amigo, él te ofrece vendértela más barata si a cambio no te da factura. ¿Aceptas?
Vas caminando en la calle y con el calor que hay decides comprar un helado. Después de comértelo te queda la servilleta en la mano, tu ropa no tiene bolsillos y no hay un bote de basura cerca. ¿Tiras la servilleta en la calle?
El curso que estabas estudiando se va a acabar y no tuviste tiempo de estudiar para el examen final. El día del examen llegar más termprano que todos para hablar con el maestro ¿Le ofreces algo para que te “ayude” a ganar?
A tu colonia llega una organización a regalar un bote de pintura a cada casa, para que los vecinos puedan pintar las paredes exteriores y mejorar el ornato. Tras recibir tu bote de pintura pero los voluntarios por error no lo anotan y vuelven a llegar creyendo que aún no te han dado tu pintura. ¿Recibes el segundo bote de pintura, aunque no te corresponda?
Estás con tu mejor amigo en la parada del bus. Hace rato que están esperando y ya se aburrieron. En el piso tu amigo encuentra un clavo y te propone que graben sus iniciales en la banca en la que están sentados. ¿Lo haces?
En una reunión de la colonia en la que vives te enteras que uno de los vecinos que no llegó modificó su contador para que la cuenta de electricidad le saliera más barata. Cuando alguien pregunta si deberían denunciarlo, todos los vecinos se niegan porque les parece que fue muy vivo y chispudo, que denunciarlo sería una cosa de envidia. ¿Estás de acuerdo?
Le cuentas a tu vecina que tienes que ir al banco a hacer unos pagos, pero te lamentas que sea fin de mes y que va a estar muy lleno. Ella te propone prestarte a su bebé para que no tengas que hacer la cola. ¿Te lo llevas?
Hay una señora que vende comida a muy buen precio, pero tú te enteras que tiene muchas necesidades económicas y que si le regateas va a terminar aceptando que le pagues mucho menos. ¿Aprovechas la oportunidad?

La respuesta

Si contestaste que sí a una o mas preguntas, es momento de prestar más atención a tus acciones.

Recuerda que la corrupción no sólo está en robarse los impuestos o recursos públicos. Si te beneficias de algo que no te corresponde o que perjudica a alguien más, es corrupción.

Todas las preguntas de arriba te muestran ejemplos de cosas que parecen muy comunes, que “todos hacen”, pero que no están bien y pueden considerarse como corrupción.

Esto no significa que seas una mala persona, sino que tienes una oportunidad importante (y una obligación ciudadana) para sumarte a la construcción de un país más justo, sin corrupción.

Anímate a unirte a la lucha contra la corrupción desde el espacio que mejor controlas, tus propios actos.