
En los últimos meses, Estados Unidos ha intensificado las deportaciones de ciudadanos venezolanos, reactivando vuelos directos hacia Caracas. Esta medida, impulsada por el aumento sostenido de migrantes en la frontera sur, busca disuadir los cruces ilegales y responde a la presión política interna para controlar el flujo migratorio.
El giro en la política migratoria hacia Venezuela coincide con negociaciones diplomáticas con el régimen de Nicolás Maduro. Aunque EE. UU. había evitado durante años las deportaciones directas por razones humanitarias y de seguridad, ahora parece dispuesto a usarlas como herramienta de presión y control.
Pero los venezolanos no son los únicos afectados. Nacionalidades como hondureños, guatemaltecos, haitianos y nicaragüenses también enfrentan operativos de retorno acelerado. Las autoridades migratorias han anunciado redadas más frecuentes y nuevas alianzas con gobiernos de la región para facilitar repatriaciones masivas.
Sobre este tema, y los desafíos de seguridad, migración y gobernabilidad en la región, Dionisio Gutiérrez entrevistó en Razón de Estado a Pedro Trujillo y John Polga, expertos en política y defensa. Mira las entrevistas completas haciendo click en los enlaces:
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